Es de esas cosas que dan vueltas y vueltas por la casa y
nunca me decido llevar al trastero, siempre hay algo que hacer. Ya os comenté
que en el embarazo (durillo embarazo) los bricolajes fueron una gran vía de escape. Bueno,
realmente, siempre me han gustado, pero se intensificó el asunto en esta época.
Pues bien, ahora a Maddi le ha dado con la caja de
herramientas. Da igual donde esté, que la encuentra y se sube en ella. ¡que
gracia!. Su aita entre risas dice...”ves, ya te decía yo, tanto taladro y tanto
destornillador, la txiki a salido a ti, j.j.” . La verdad es que no le asustan
para nada los ruidos de caladoras, martillos hidráulicos, ni nada de nada por
fuertes que sean (y eso que vive rodeada de vacas y ovejas). Al revés, son música celestial para ella. Será que embarazada
de 9 meses seguía con mi caladora, y en plenas contracciones de parto ultimando
detalles?... j.j.
Qué maja! Será por eso que a Anixe le gustan los bares...
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