Sigo con el remake, y hoy os voy a hablar del cojín de
lactancia. Hace un año por estas fechas yo ya tenía una panza considerable.
Estaba en la recta final y lo de conciliar el sueño se hacía difícil. ¡Ufff! ¡Que
ganas tenía de parir para poder dormir boca abajo!. Había leído en varios foros
que el cojín de lactancia era un buen apaño, para abrazarte a él, colocarlo
entre las piernas y debajo de la tripa...
Yo probé y probé, pero me muevo bastante, y cada vez que me
daba la vuelta tener que mover ese armatoste era un circo. Acababa tirándolo al
suelo. Tengo que decir que a posteriori, tampoco me fue de utilidad. A Maddi
siempre le gustó mamar tumbadas las dos, y cuando lo hacía estando yo sentada,
me apañaba mejor con un cojín de casa, de los normales. Ahora, parecemos del
circo du soleil. De pie, boca arriba, abajo, sentada, encima mía, debajo...pero
su postura preferida sigue siendo, las dos tumbadas.
A veces la solución está en las cosas más sencillas y
cercanas. No digo que el cojín de lactancia no tenga su utilidad y que le venga
bien a algunas mujeres, pero eso, no a todas.
Mi solución fue...Tiburtzio!! Tiburtzio es un Tiburón de más
de un metro, un peluche de Ikea del cual mi kompañero se enamoró perdidamente nada
más verlo en la estantería y dijo que no lo podía dejar allí. Así que a casa
con él. De echo, es suyo, no de Maddi. Aunque a ella le hace mucha gracia
cuando le habla con esa voz rota.
Así que éste fue mi gran aliado durante las noches de
embarazo: Tiburtzio
:D . Me ha encantado esta entrada. Me ha encantado Tiburtzio. Y mi peque y yo también hacemos «acrobacias» ;P ¡Saludos!
ResponderEliminarPrecioso Tiburtzio... y a mí el cojín de lactancia ese tipo churro tampoco me resulta cómodo, sobretodo si ya tienes al bebé en brazos y te lo tienes que colocar... imposible. En cambio, para dar de mamar sentada, como tú dices, un cojín de los de casa o el cojín de lactancia en forma de croissant.
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